16 abr 2010

El dolor es el verbo del querer

Desde pequeños nuestro gran anhelo es que nos quieran. Nos golpeamos con la pared, hacemos todo tipo de travesuras y hasta golpeamos a otros para llamar la atención de los que buscamos su cariño y preocupación. El solo hecho de que alguien nos tome en cuenta para cualquier cosa, nos hace sentir queridos.

El que te quieran en los momentos buenos de la vida es todo un deleite, pero nos mueve el corazón cuando a alguien le duele lo negativo que nos pasa. A todos nos quieren pero a muy pocos le dolemos. Esa es una de esas cosas que realmente nos pesa vivir. Enfrentarnos con la hipocresía innata de los seres humanos nos puede realmente chocar, tumbar y dejarnos inconscientes.

Cuando sabemos que le dolemos a alguien nos sentimos sin palabras, por que sabemos que es de verdad, que no es solo todo lo bueno sino todo lo malo. Entendemos que nuestra vida es importante y que si algo nos llegara pasar le dolerá, ese dolor que sentimos por otros, eso mismo lo sentirán por nosotros. Esto nos hace ser menos egoístas, presumidos y orgullosos, ya que al dolor nadie lo adula, y solo los que realmente conocen lo maravilloso que somos soportan el dolor ajeno, lo acogen como si fuera propio y llegan a, usando plenamente la palabra, amar a la otra persona. No se puede amar si no nos duele.

Si amar es combatir entonces el dolor es nuestro medio de transporte. Gracias a la vida que me ha dado tanto, me ha dado la risa y me ha dado el llanto, así dice una canción que interpreta mercedes sosa. La vida nos quita y nos pone, nos limita y nos libera, pero si nos da la capacidad de sentir dolor, y saber que nos aman es lo único que necesitaremos para poder cerrar los ojos y no mirar atrás.
 
El dolor es el verbo del querer